Hacia El MICROCOSMOS de la BIOSFERA. Virginia Ruipérez
Debemos reconocer que los descubrimientos de Pasteur y Kooch sobre la etiología o la causa microbiana de enfermedades infecciosas, significaron un gran paso para la medicina, obteniendo importantes logros para la salud de la humanidad, creando teorías y modelos vigentes hasta la actualidad, donde siguen predominando los viejos terrores microbianos, potenciados por una industria farmacéutica debido al enorme negocio que estos representan, a través del uso abusivo e indiscriminado de antibióticos y las campañas sistematizadas de vacunación.
Todavía hoy, mantenemos esas ancestrales ideas-creencias negativas sobre la existencia de unos “enemigos invisibles” causantes de la enfermedad.
El mundo microbiano genera emociones negativas, miedo… su contagio es cultural, tiene lugar desde la infancia, se trasmite a través de los paradigmas de salud, la TV y sus anuncios, el cine, en las novelas y los periódicos.
Y hasta en los diccionarios, que reflejan veladamente las creencias asociadas al lenguaje, así los microbios se asocian a la enfermedad.
María Moliner, microbio:” nombre aplicado a los seres monocelulares, solamente visibles al microscopio, particularmente a los que producen enfermedades.”
También en el lenguaje coloquial cuando a alguien se le llama “microbio” se emplea como un insulto significando “enano peligroso”.
Los guionistas-novelistas crean epidemias exageradas en la literatura fantástica en las que los microbios atacan a la población indefensa creando una tragedia colectiva, el truco, que no falla: la lucha entre los “buenos” y los “malos”, aparecen conflictos entre científicos, en otros casos el terror al contagio crea graves conflictos morales, al final se puede sugerir una moraleja, que alimenta miedos o valores importantes para el sistema dominante…todos los ingredientes al más puro “estilo de Hollywood”.
Ya que las películas del cine comercial son un fiel reflejo de las creencias culturales y de las estructuras sociales.
Los periódicos y las revistas suelen abusar del morbo asociado a los microbios.
Las noticias sobre epidemias manipulan estratégicamente los datos de la noticia para crear la alarma y el miedo, ignorando siempre al número de los no afectados, se asocian con viñetas en clave de humor en que las bacterias y virus aparecen como pequeños monstruos.
La minoría son los artículos no sensacionalistas y respetuosos con la realidad.
Los anuncios televisivos muestran a los microbios como monstruos acechando en nuestras vida y recomiendan medicamentos y productos químicos para dejar a nuestro mundo estéril.
Se condena a los microbios domésticos, como si nuestras cocinas fueran quirófanos y nuestras vajillas instrumental quirúrgico.
Es la moda antibacteriana.
Las bacterias son la excusa para un marketing agresivo, teñido de falsas razones científicas y de salud, donde la única realidad son sus objetivos traducidos en beneficios económicos.
Son anuncios en prensa y televisión, que incluso se atreven a introducir imágenes al microscopio y avales de prestigio, como la campaña de un lavavajillas con agentes antibacterianos que ha sido diseñado y probado, pensado para su bienestar y el su familia, asegurando que su eficacia antibacteriana a sido probado por el Instituto Pasteur.
Abusan de la utilización de imágenes bacterianas negativas, pero lo más peligroso, es lo que ocultan estos desinfectantes empleados: la selección de bacterias multiresistentes, su toxicidad y la destrucción de nuestra flora microbiana beneficiosa y esencial.
Con nuestro abuso de los antibióticos y los antibacterianos hacemos de nuestras casas paraísos para inerradicables bacterias resistentes causantes de enfermedad, como ya lo son nuestros hospitales.
Es importantísima la influencia social de los viejos supuestos sobre la salud y la enfermedad que hoy afortunadamente están cambiando.
Hoy la vanguardia de las investigaciones biomédicas apoyan, manifiestan que es necesario un enfoque holístico sobre la globalidad de Vida del planeta, incluido el mundo microbiano, es necesario conocer la maravillosa biología de los microbios, para respetar los aspectos positivos de nuestra relación con los microbios y sus beneficios para nuestra salud.
La Vida en la Tierra es básicamente microbiana y la salud supone una delicada y maravillosa interacción y equilibrio con nuestros propios microbios.
El concepto de enfermedad infecciosa está basado en el concepto del organismo humano como una unidad aislada, cerrada en sí misma, y del agente microbiano como un enemigo invasor.
Surge así la teoría de lucha entre humanos y microorganismos que constituye la esencia del proceso salud- enfermedad.
Así los microorganismos se convierten en agentes causales de la enfermedad.
Pasteur y Koch demuestran su implicación en las enfermedades infecciosas y así el mundo científico condenó al mundo microbiano.
Nos es familiar esta tendencia del ser humano a culpabilizar y buscar culpables.
Ayudaron los antiguos temores acumulados en las crueles pestes y epidemias, que impregnaron los nuevos conocimientos con vengativas emociones.
Así como en otros muchos campos de la ciencia, el racionalismo emergente dio luz en el conocimiento del mundo, transformándolo, y en algunos casos interpretando según sus intereses, la divulgación de la ciencia microbiológica tomó el testigo de las viejas creencias casi medievales basadas en “el bien y el mal”, supersticiones religiosas en los demonios con el nuevo mundo microscópico, condenando a todo este reino de lo invisible.
Los intereses científicos por descubrir nuevos culpables microbianos marcaron el desarrollo de la microbiología dentro de los límites de lo patológico.
Sin contemplar la realidad plural del mundo microbiano y a nuestros microbios aliados.
Sería como si en los libros de botánica se centrasen exclusivamente en las plantas venenosas.