El alimento funcional, la última estrategia de la industria
La última estrategia de la industria…
En la actualidad, se esta demostrando científicamente, la gran evidencia:
La alimentación esta íntimamente ligada a una Salud óptima.
Ya que los alimentos naturales, contienen ciertos ingredientes capaces de tener efectos positivos para promover y restaurar la Salud.
Son sustancias biológicamente activas que actúan sobre nuestros sistemas funcionales dinámicos, sobre nuestra fisiología.
Son sustancias bioquímicas implicadas en la modulación de todos los sistemas fisiológicos de los organismos vivos, como el sistema inmunitario, endocrino, nervioso, circulatorio y digestivo.
Hoy la vanguardia de las investigaciones se están centrando en el potencial preventivo de ciertos alimentos o lo que me parece más interesante, de determinados tipos de alimentación.
Es el momento de enfatizar el aspecto fortalecedor y preventivo de la nutrición, de la elección de alimentos para promover la Salud.
Los alimentos funcionales son alimentos tradicionales a los que se les añade ese componente químico ingrediente de otro alimento al que se le atribuye su capacidad potencial preventiva o curativa.
Son una tendencia creciente, el nuevo producto de la industria, ya que responden a las nuevas necesidades de la población.
La necesidad de contar con alimentos que sean más beneficiosos para la Salud se ve forzada por los cambios socioeconómicos y de la alimentación.
Durantes las últimas décadas la industria tecnológica de la alimentación nos a conducido a una alimentación desnaturalizada, basada en alimentos manipulados, procesados, caracterizada por el exceso y lo más importante por la carencia de nutrientes esenciales.
El aumento de los costes sanitarios, por el aumento de los procesos crónico-degenerativo, llamadas enfermedades de la civilización, ha potenciado que los gobiernos, los investigadores, los profesionales de la salud busquen la manera de controlar estos cambios de forma más eficaz.
A la industria sólo le preocupan los beneficios económicos.
Algunos ingredientes añadidos artificialmente al alimento funcional son:
las lactobacterias, la fibra dietética, los ácidos grasos poliinsaturados como el omega 3, la vitamina E, la vitamina C, el betacaroteno, minerales como calcio, hierro, magnesio, selenio, los fitoestrógenos…
Ingredientes todos ellos que ya se encuentran en otros alimentos de forma natural.
Crítica del alimento funcional
Los llamados alimentos funcionales, se están aprovechando del vacío legal existente para atribuir propiedades beneficiosas para la Salud, bordeando la legalidad.
Falta una legislación adecuada que regule las alegaciones de Salud y nutrición de los alimentos.
La Unión europea aprobará próximamente una normativa al respecto.
Nos encontramos ante un bombardeo de la industria de la alimentación que añaden estas sustancias a muchos de sus productos para hacerlos “más saludables”
Son imprescindibles:
Investigaciones serias frente a los abusos de interés comercial.
Una base científica demostrada sobre los beneficios nutricionales y saludables de los alimentos.
Dar a conocer una información libre, contrastada y crítica sobre el alimento funcional.
Es urgente una legislación adecuada acerca de su seguridad y eficacia, que además exija reglamento frente etiquetado y publicidad.
Seguridad, no debe resultar nocivo, cuidado si se consume por encima de la ingesta recomendada.
La cantidad de ingesta diaria del alimento o del ingrediente funcional debe ser establecida por expertos.
Recordemos que una alimentación sana es:
Un conjunto en el que “el todo es más que la suma de las partes”.
Alimentación saludable no es la suma de compuestos aislados.
El efecto protector de una alimentación sana, depende de innumerables sustancias de distinta naturaleza química y de distintos mecanismos bioquímicos que pueden dar lugar a efectos aditivos, sinérgicos e incluso antagónicos.
Cada nutriente puede afectar a varías vías metabólicas, donde interaccionan unos con otros.
Cuidado con la industria del alimento funcional, cuando se desarrolla una sustancia en concreto sólo.
Nos encontramos con un problema potencial y real de exceso de micro-macronutrientes y sustancias bioactivas del alimento funcional.
Algunos ejemplos:
La alimentación Mediterránea es cardioprotectora en su conjunto, por su aceite de oliva rico en ácidos grasos insaturados, en antioxidantes como los fenoles o la vitamina E, por su riqueza en frutas y verduras…
Aporta nutrientes, que en conjunto son los que lo hacen tan saludable.
“Aporta algo más”
Si la leche es un alimento saludablemente cuestionado, ¿qué puede ocurrir cuando le añaden fibra vegetal sintética o un ácido graso omega 3?
Es imposible imitar: la sinergia de los ingredientes naturales.
Y es que parece que el consumidor: carece de criterio.
Urge la formación de la población
¿Nos dejaremos engañar o seducir por la industria?
La industria nos seduce con gran diversidad de alimentos, seamos conscientes del gran impacto televisivo sobre la alimentación.
La publicidad crea necesidad de que consumamos, creando los alimentos “de moda”
Alimento funcional, la industria de los light, los precocinados en formato individual…primero desnaturaliza los alimentos, privándolos de sustancias esenciales para la Salud y ahora las añaden artificialmente,
Para ellos: es todo rentabilidad…
En vez de reservatrol sintético: Tomemos uvas negras, vino tinto, ciruelas…
En vez de leche enriquecida con omega 3: tomemos nueces y pipas de girasol.
Es necesario una regulación que vigile a la industria responsable de actividades engañosas.
Si antes vendían estilo de vida, ahora “lo sano vende”.
Su creciente demanda hace que industria sin escrúpulos utilicen el “reclamo” natural para productos que no lo son.
Hoy la industria alimentaria va por delante de nosotros:
Hay que dar calidad al mensaje.
No nos dejemos engañar por intereses comerciales, abandonando una alimentación racional y biológica.
Como decía Ghandi:
El objetivo es librarnos de las cadenas de explotación del mundo occidental.
Todos los alimentos tienen características nutritivas y protectoras para nuestra Salud, pero en su conjunto global y tal y como la Naturaleza nos los ofrece.
Por añadir un nutriente a otro alimento no se cura ni previene la enfermedad.
Es sólo un estrategia de marketing oportunista ante la evidencia del efecto benéfico y protector para la Salud de los alimentos naturales.
Incluso podríamos decir que ningún alimento por sí mismo cura o previene, sino es el conjunto de nuestra alimentación lo que determina nuestro grado de Salud.
Me parece denunciable es que estos alimentos se anuncien como la panacea universal para nuestros problemas de Salud, con propiedades directas sobre nuestra Salud.
Lo que es cuestionable porque en algunos casos incluso su consumo podría ser prejudicial.
Mi mejor recomendación:
Ante el deseo de gozar de una mejor calidad de vida…
Utilicemos la cabeza, antes de abrir la boca.
Virginia Ruipérez