«Los virus «existían» desde antes del origen de la vida»
«Los virus «existían» desde antes del origen de la vida, tal como la conocemos. Son los entes biológicos (no se pueden considerar seres vivos porque en estado libre son inertes) más abundantes de la Tierra. En cuanto a las epidemias supuestamente causadas por virus, puedo estar equivocado, pero tengo la sensación de que los virus no son causa, sino consecuencia. Existen millones de tipos de virus que regulan ecosistemas marinos y terrestres, pero no tienen incidencia en el hombre. Cuando nos bañamos en el mar o en el río estamos inmersos en una «sopa» de bacterias y virus (se han contado 10 000 millones de virus por litro en aguas marinas superficiales y 500 millones por gramo de tierra seca). Los virus que causan enfermedades son virus endógenos (virus integrados en nuestro genoma) activados por algún tipo de estrés o virus «híbridos» producidos por el cultivo de virus supuestamente patógenos en tejidos u órganos de otras especies como, por ejemplo, el virus de la gripe cultivado en huevos de pollo embrionizados (en los embriones se expresan una gran cantidad de virus endógenos) que se han utilizado para producir vacunas. Cabe suponer que una situación de estrés ambiental producido por hambrunas, malas condiciones higiénicas y otras condiciones inmunodepresoras hayan podido desencadenar esa activación y «patogenización» de virus. Un fenómeno que, muy probablemente, ha tenido una incidencia en las extinciones masivas que se han producido a lo largo de la evolución. Los virus y las bacterias se convierten en patógenos cuando algún tipo de «disturbio ambiental» rompe el equilibrio natural.
Por otra parte, parece claro que hay que replantearse a fondo la actitud ante los virus y las bacterias. Parece evidente que en estado de equilibrio ecológico y orgánico, los virus y bacterias del ambiente y de los organismos no solo no son perjudiciales, sino que «trabajan» para nosotros. La asociación que se ha hecho entre virus y enfermedades oncológicas, del digestivo, incluso artrosis, es el resultado de que los órganos y tejidos enfermos emiten partículas virales. Tanto los virus como las bacterias tienen funciones esenciales en los procesos de la vida (se los puede considerar como los «ladrillos» de la vida), pero también tienen su aspecto «destructor»: si se ataca a las bacterias, muchas veces innecesariamente, con toda una batería de antibióticos, se pueden llegar a crear «superbacterias» resistentes a todo tipo de antibiótico. Del mismo modo, la manipulación inadecuada de los virus, como cultivarlos en distintos tejidos u órganos animales, puede conducir a virus «híbridos» que pongan en peligro a toda la Humanidad.
A la vista de esta condición de los virus, resulta obvio que hay que replantearse a fondo el sentido de las vacunas, tanto las que resultan útiles, si es que hay alguna, como las que son evidentemente inútiles o peligrosas.”
Extracto del Prólogo de Máximo Sandín en el libro
Microbiótica Aplicada
Para más información o compra del libro: https://microviver.com/producto/libro-microbiotica-aplicada/