La diferencia con la microbiología es que nosotros estudiamos los microorganismos sintiéndonos parte de ellos, no condicionados por la cultura bactericida que nos rodea y se nos impone desde hace más de un siglo. Para nosotros, los microbios no solamente son el origen de la vida y los diseñadores de toda la evolución, sino que también somos ellos y ellos somos nosotros.
Si nos ponemos a trabajar conjuntamente con el mundo microbiano, en vez de hacerles la guerra, como hasta ahora ha sucedido, tal vez encontremos el siguiente paso de la evolución: la conciencia de la YoNosGea o ser un holosimbionte integrado por un conjunto de sistemas donde el Yo individual se funde con el Nosotros de la especie y se amplía hasta la Gea (conciencia viva planetaria). Dicho de otra manera más sencilla: gracias a nuestros microorganismos, podemos vivir en plenitud mucho más tiempo de lo conocido, en armonía con el entorno y con abundancia de recursos para todos.
Se dan dos campos de acción simultanea en la búsqueda de soluciones a los problemas que atraviesa la humanidad y el planeta, a través de la Microbiótica:
1º Microbiótica exterior.
Busca a los Microrganismos Regeneradores que pueblan la Tierra, para solucionar demandas del hábitat humano y el medio ambiente a costes sostenibles y sin efectos negativos: en la industria, la agricultura, la ganadería, la limpieza de ecosistemas deteriorados, la regeneración del agua en lagos, ríos, mares, depuradoras, la polución medioambiental de las grandes ciudades, la radiactividad…
2º Microbiótica Interior.
En la búsqueda de la salud a través de la nutrición y la investigación terapéutica de la microbiota humana: alimentos y bebidas fermentados, productos de higiene personal, nuevas medicinas bacteriológicas (no bactericidas), psicoterapia simbiótica…